Un aislante térmico es un material que se utiliza para reducir la transferencia de calor entre dos objetos con diferentes temperaturas. Se utiliza comúnmente en paredes, techos, tuberías, hornos y otros equipos para reducir la pérdida de calor o para mantener temperaturas más bajas.
Existen diferentes tipos de aislantes térmicos, como la espuma de poliestireno expandido, la fibra de vidrio, la lana mineral y la espuma de poliuretano. Estos materiales tienen diferentes propiedades, como la conductividad térmica, la resistencia a la humedad y la densidad, lo que los hace adecuados para diferentes aplicaciones.
Un aislante térmico eficaz puede ahorrar energía, reducir los costes de calefacción, refrigeración en edificios y equipos industriales. También puede proporcionar una mayor comodidad térmica en interiores y reducir el impacto ambiental al disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, es importante elegir el tipo adecuado de aislante térmico para cada aplicación específica y asegurarse de que se instale correctamente para obtener los mejores resultados.
Aquí hablaremos de soluciones de aislamiento térmico, aislamiento acústico y soluciones de protección pasiva contra el fuego. Entre las soluciones más comunes encontramos técnicas como:
- El insuflado de lana de roca o lana mineral (solución de aislamiento térmico y acústico)
- Ignifugaciones con proyectados de mortero
- Tratamientos con pintura intumescente
- O preparación de superficies con el chorreado de arena